Me situó en mi lugar de estudio, bajo el puente Waterloo,
Londres. Me rodean diferentes estímulos en todas las direcciones. Arriba hay
una carretera de dos sentidos y dos direcciones muy concurrida, pues es una de
las conexiones principales entre La City y el centro de Convent Garden. El
puente cuenta también con pasos para peatones en los dos sentidos. Continuo paso de coches y peatones, ruido
de tráfico, luces y contaminación.
En el entorno inmediato de mi posición encuentro dos centros
culturales muy importantes para la ciudad: el Nathional Theatre y el Queen
Elisabeth Hall. En ambos desarrollan actividades paralelas a su actividad
principal en la calle, llenándola de color y actividades para los viandantes. Se
oyen a pocos metros los vitoreos de los observadores del skate park de South
Bank, centro de este deporte callejero, el skate park esta siempre concurrido,
bien por turistas curiosos o bien por los propios deportistas que se encargan a
su vez de decorar el espacio con grafitis. Centro
cultural alternativo, arte callejero, paso continuo de gente, turistas y
londinenses.
Mirando en dirección al puente, observo el skyline de la
ciudad, Desde mi posición en la penumbra puedo reconocer la estación de Charing
Cross, o Sant Paul a lo lejos. El día es sombrío como acostumbra a ser, y el
rio esta revuelto. El London Eye no queda lejos, gira mientras los pájaros
surcan el rio en busca de algo que comer. Decenas de barcos para turistas
recorren el mi mirada y desde algún yate privado, una señora me saluda. Estoy
muy cerca del mar, pero protegida por el puente, que crea a su vez una película
de ruido, que insonoriza del resto de la ciudad. Solo coches y el paisaje. Hitos, animales, tráfico marítimo, turismo
y comercio, ruido y protección.
Hay una parada de autobús nada más subir las escaleras hacia
la carretera, y una de metro a unos 800 m, Temple, y otra a 1 km la de
Southwark, Aunque se puede llegar andando cómodamente hasta el centro de
Convent Garde, y con ganas hasta Trafalgar Square. Cuento también con taxis 24
h pasando por aquí por si me da por irme a comer Naan con curry o pollo Tikka
Masala en Brick Lane. Conexión con la
ciudad, transporte público 24 y
cercanía.
La gente que frecuenta el sitio pasa desde banqueros que
pasan para disfrutar del rio camino a su trabajo, hasta skaters, turistas, o
vendedores ambulantes. Por la noche el lugar cuenta con una tranquilidad
extraña. La parte baja del puente está en la sombra, tranquila, sólo se oye el
sonido del río y la ciudad a lo lejos. Y un poco más cerca, en lo alto del
puente, los coches siguen pasando, y los trabajadores vuelven a casa después de
su afterwork. Multicultural y cambios de intensidad.
Detrás de mi encuentro unos cuantos comercios, no muy
frecuentados, pero activan el espacio debajo del puente, que esta algo
solitario. Por las noches suele haber músicos callejeros, animando a la gente a
bailar, es un momento mágico, hay poca iluminación y el ruido invade el
espacio. Es un punto muy concurrido en noche vieja para ver los fuegos
artificiales, además es en este punto donde se celebra la feria del libro de
Londres. Múltiples actividades
culturales, es un hito en sí mismo, lugar de reunión, lugar de paso.
No me gustaría cambiar ninguno de estos flujos de gente, animales, y comercios. Pretendo dejar que todo suceda del mismo modo que hasta ahora, que la casa sea un espejo donde ver todas estas actividades reflejadas, que reboten en ella y sigan su paso. Desde dentro, la casa se dotará a sí misma de todo lo positivo del lugar, y construirá la intimidad que el lugar no puede dar.