Querida
María.
Si
bien no están claros todos los puntos a tener en cuenta para tu nuevo hogar,
esto es algo que está claro, será un hogar, entendiéndolo como un lugar de
intimidad y descanso, sin límites para lo emocional. Por otra parte contamos
con el soporte de la ciudad como background
de todo lo que ocurra. Olvidamos el sueño americano como el cliché ingenuo
que ya no es útil, pero que sin embargo nos puede ayudar como punto de partida
para buscar los componentes de tu nueva casa, véase: en lugar de casa con césped,
valla blanca, buzón rojo, te ofrezco casa con ciudad; en lugar de perro con
caseta, gatos callejeros y palomas del parque; cambiaremos el coche por el
tiket del metro y por unas zapatillas de deporte.
La
conexión directa con la ciudad será fundamental pues será el fondo sobre el que
todo ocurra. No necesitaremos decoración, los edificios y las puestas de sol lo
serán. Obviamos que la mayoría de tus necesidades las encontrarás en la ciudad,
como restaurantes, lavanderías, hoteles, incluso garajes donde dejar tus cosas.
Como
se da a entender en la Ciudad de Bits de William J. Mitchell, todo lo físico se
transformará en bits de información, todo se torna digital excepto el lugar
físico del internauta y los lugares de almacenaje, ya que es lo único que el
ciberespacio es incapaz de abordar.
Así,
con el fin de englobar todo lo que tanto el ciberespacio como la ciudad son
incapaces de abordar, tu nuevo hogar contará con un espacio, o varios, para la
intimidad, ya sea sola, acompañada, para escuchar el silencio, o escuchar
música, leer un libro, y sobretodo pensar, pero no trabajar. El tema del
almacenaje parece más sencillo, todo lo que no necesitas inmediatamente se
guardará en otro lugar, todo lo que se pueda tener informáticamente estará en
el ordenador, y el resto de cosas como libros que quieres tener cerca, objetos
a los que tienes afecto, la tarjeta de crédito, el tiket del metro, o tu ropa,
estarán a tu alcance. Incluso podemos contar con un hueco debajo del colchón para
guardar el dinero a la vieja usanza.
Se
trataría de una vivienda mínima, pero no cualquiera que pudiéramos pensar con
un catálogo Neufert, no se basará en mediciones antropomórficas ni muebles
abatibles, sino en sensaciones de libertad, organización (que lleva paz),
emocionalidad… Se trata de la vivienda mínima para el ciudadano emocional, y con recursos para poder contar con los servicios de la ciudad.
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