lunes, 3 de marzo de 2014

Ahondando en los requerimientos

Tratando de definir cuáles son mis obsesiones e intuiciones dentro del proyecto, no puedo evitar tratar de definir y delimitar los elementos que nacen de ambas; véase intimidad, almacenaje ,y la consecuencia de ambas, seguridad.

Dentro de la intimidad, trato de encontrar las situaciones que me causan esta sensación y aislar los elementos que pueden producirla. De aquí surge: aislamiento personal, música fuerte, aislamiento acústico, sexo, iluminación, falta de ella o intermitencia, opacidad o transparencia y calidez. Conceptos muy comunes que trataré de delimitar más. Estos elementos no son exclusivos entre sí, y a menudo son complementarios, pero no siempre.

El almacenaje no lo trato como lo haría con un sentimiento, lo hago desde la utilidad. En la casa encontramos lo necesario en el día a día y lo afectivo. Siendo lo primero: ropa, cartera (tarjetas, dinero), móvil, portátil, bolsos. Y lo segundo, los objetos preciosos, objetos hacia los que siento aprecio y quiero tener cerca, nada útil desde el punto de vista programático, pero mucho desde el de salud mental, en mi caso, claro. Se trataría de objetos tales como una foto que te gusta tener en papel, que no vale escanearla, porque conlleva mucho mas como objeto que como imagen en sí misma; un libro que me gusta oler, tocar, sentir, rayar; y ese tipo de cosas. Este punto se trata de una excepción dentro de la casa. No son objetos que no puedan ser abordados por la tecnología o la ciudad, muy al contrario. Sin embargo forman parte de la inteligencia emocional que no quiero perder, no forman parte de un ornamento tampoco, pues no existe en la casa, la ciudad, y la gente que transita la calle o la casa, son toda la decoración que necesito. Cabe destacar que todos los elementos necesarios del día a día estarán únicamente almacenados en un espacio, no habrá lugar para su uso dentro de la vivienda.

La seguridad es un tema que surge de querer conservar la intimidad cuando se quiera conservar, y de proteger los objetos preciados, no por que sean de valor material, que no creo, sino por sensación de tranquilidad.

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